Un mundo de ilusion que se perdio en aquel rincon.

Muchas veces el ser humano llega a sentirse pequeño, aunque mida dos metros de altura. Se siente sólo aunque esté en medio del centro de una enorme ciudad como la capital.
Que sentirte solo no es tan raro, que muchas veces uno puede llegar a pensar que va perdiendo cosas importantes, que puede que cada vez queden menos, aunque siempre quedaran esas poquitas personas que son las que nunca fallan, las que no te dejaran tirada, o almenos... por ahora.
Que si no queda nadie, no sé que estoy haciendo aquí.
Un mundo de ilusion que se perdio en aquel rincon, y hoy solo nos queda el recordar, no hay marcha atrás porque ya es tarde.