Se aman, por dentro.

Cuando un chico empieza a salir con chicas, empieza a escoger, sí, escoger a su favorita. La escoge desde todo el amor y cariño, y cuando sabe que llega a quererla más que a las demás, empieza a volverse arisco con ella, para que ella esté más pendiente de él. Qué ella al pensar que el chico se distancia irá detrás, a abrazarle, a pedirle explicaciones y un por qué. Pero es una ilusa, porque va a obtener la misma respuesta siempre: nada.
Los chicos funcionan así, al igual que las mujeres somos raras como dirían ellos, aunque más bien somo complejas. Si queremos a un chico, por muy amigo que sea, no nos distanciamos, queremos hacernos ver, hacerles saber que estamos ahí, y cuando el chico automáticamente se pone arisco, lo interpretamos como un 'no' muchas de las veces. Y entonces, es cuando nos ponemos más bordes que ariscas, y eso si que no hay ser humano que lo aguante. También está el caso del quiero y no puedo, ah, y el de: El quiere, yo no quiero. Pero que luego tu quieres y el no quiere , o quiere a otra. Siempre es lo mismo, es un ciclo.